20 años de Iraq: El despliegue Surcoreano
¿Por qué se convirtió en el tercer país con más tropas en Iraq?
Ciudadanos de Corea del Sur protestan contra el despliegue de su país en Iraq
Verano de 2004. Centro de Seúl. Hay una gran concentración de gente protestando. Sostienen pancartas, culpando al gobierno de la muerte de uno de sus compatriotas en Iraq. Exigen que el gobierno no envíe tropas al país árabe, pues por ello ejecutaron a uno de los suyos.
Miembros del grupo radical islámico yihadista más importante de Iraq exigen que Corea del Sur abandone el despliegue o ejecutarán a un rehén Surcoreano
Si uno piensa en los países que hace veinte años, enviaron tropas a Iraq, pensamos en los más importantes. Se tiene en mente a Estados Unidos, al Reino Unido, o el particular caso de España. Sin embargo, hay casos igual de importantes, y que pasan desapercibidos. Uno de estos casos es el de Corea del Sur. Esto empezó en 2003, cuando Seúl envió un contingente de 670 ingenieros y médicos militares. El rumor empezó el verano de ese mismo año, confirmándose el 18 de noviembre de 2003. Roh Moo Hyun decidió llevar a cabo otro despliegue a petición de Estados Unidos.
En este vigésimo aniversario de la guerra de Iraq, quiero contar qué fue lo que llevó al gobierno coreano a tomar esta decisión.
Soldados surcoreanos de la División Zaytun en Iraq. Fuente: Wikimedia Commons
El envío de las tres mil tropas convertiría a Corea del Sur en el tercer país con más elementos en Iraq, por debajo de Estados Unidos y el Reino Unido. En un inicio se desconocía el rol que jugarían esas tropas.
El proyecto de ley prohibía que los soldados se involucraran en combate, ni que operaran bajo el mando norteamericano. Más bien, Corea se limitaría a asuntos civiles y de reconstrucción. Esto no le gustó a la administración Bush, pues quería utilizar a Corea del Sur para operaciones estabilizadoras en el norte de Iraq, rico en petróleo. Esto le habría aligerado la carga a Estados Unidos. Washington D.C. quería que las tropas fueran desplegadas en Mosul, y luego en Kirkuk. Las tropas terminarían siendo desplegadas en Erbil, la capital del Kurdistán Iraquí.
No fue la primera vez que se involucró a Seúl en la “Guerra contra el Terrorismo”. El general Tommy Franks manifestó su interés en tener un batallón de combate coreano en Afganistán. A inicios de 2002, Estados Unidos intentó lograr un despliegue de las Fuerzas Especiales de la República de Corea en las Filipinas en una nueva especie de operación anti terrorista.
Roh Moo Hyun mencionó verse obligado a apoyar la guerra, a pesar de no estar de acuerdo personalmente. Finalmente terminó aceptando que su despliegue a Iraq había sido un error histórico.
Hay varios elementos de interés nacional para Corea del sur que le motivaron a ir a Iraq, un movimiento muy impopular al interior de la república.
El elemento inseparable de esta decisión es la histórica relación de Corea del Sur con Estados Unidos. Este despliegue fue un movimiento diplomático hacia Washington DC para ganarse su confianza. En su momento, le había servido en Vietnam del Norte, donde el país norteamericano necesitaba aliados para sus impopulares acciones.
Soldado Coreano en Iraq leyendo lo que podría ser el Corán
Hubo presión de parte de Estados Unidos hacia Corea del Sur. Dependen de su protección en contra de Corea del Norte. La solidaridad con ellos garantiza apoyo en contra de la amenaza nuclear. Una alianza sólida entre ambos incrementa las garantías de resolver el problema nuclear del vecino del norte de forma pacífica.
El entonces secretario de defensa, Donald Rumsfeld, mencionaba “solidaridad interaliada”, citando a los treinta y tres mil soldados estadounidenses muertos en la guerra de Corea. Era como una forma de devolver el favor. De acuerdo con el propio Roh Moo Hyun, los estadounidenses “se habrían sentido traicionados, lo que no habría sido bueno para nosotros”.
Traería de vuelta a Estados Unidos a la mesa de negociaciones. Le da mayor poder de negociación con Washington DC a la hora de tratar la reordenación de tropas dentro de Corea del Sur. Le da influencia para persuadirle que no use fuerza en contra de Pyongyang, y una ventaja para negociar el asunto del punto muerto nuclear con Norcorea.
Seúl temía que una respuesta negativa a esta petición de Estados Unidos orillara a estos a sacar sus tropas de territorio coreano para poder enviarlas hacia Iraq. Corea del Sur también temía no ser tomada en cuenta para futuras ocasiones por Washington en la estrategia de seguridad estadounidense en el Noreste Asiático.
También hay factores económicos y financieros acerca de la participación de Corea del Sur en la ocupación de Iraq. En primer lugar, permitiría la participación de compañías privadas en la reconstrucción de Corea del Sur. Esto daría a Seúl un margen de beneficios económicos. El despliegue también atraería algunos inversores internacionales que habían sido ahuyentados desde la crisis con Corea del Norte.
Evitando el posible redespliegue de tropas norteamericanas desde Corea hasta Iraq, se aseguraba un crecimiento económico de un 1.2%. Los inversores también temían fricciones con Estados Unidos en caso de negarse a enviar tropas. Otra oportunidad económica para Seúl era la de vender productos y tecnología coreanos. También darían empleos en el proceso de la reconstrucción de Iraq.
Corea del Sur venía de una depresión de 1998. El despliegue a Iraq vino en ese contexto. El país peninsular contaba con una tasa de 452,000 de desempleo en octubre de 1997. En julio del año siguiente esta subiría a 1’650,000. Con el envío de tropas a Iraq las compañías surcoreanas obtendrían jugosos contratos en la reconstrucción. Mantendría además el buen rating de crédito económico. Había posibilidad también de que Estados Unidos tomara represalias ante una negativa a través de las calificadoras. Por otra parte, al enviar tropas se haría crecer la economía al persuadir a los inversores de mantenerse en Corea del Sur.
Participando en Iraq, Seúl podría reclamar para sus compañías la oportunidad de cobrar sus deudas en el país árabe. Los activos iraquíes fueron congelados en 1991 con la invasión a Kuwait. Eso dejó una deuda con las compañías surcoreanas de 1.4 billones de dólares, y el envío de tropas le permitiría reclamarla.
El petróleo también juega un rol importante en los intereses de Corea del Sur en Iraq. Seúl necesitaba garantizar un flujo estable de petróleo, para lo que Iraq era una oportunidad única. La demanda de petróleo creció en los últimos veinte años. Este recurso es muy importante para el crecimiento de Corea del Sur. Hubo esperanza de una reducción en el precio del petróleo después de la ofensiva contra el régimen de Saddam Hussein. Le habría podido ahorrar a Corea del Sur hasta doscientos millones de dólares diarios. Durante los últimos meses de 2004 fue el segundo receptor de petróleo iraquí por debajo de Estados Unidos.
Finalmente, participar en Iraq mejoraría las capacidades militares coreanas a través del trabajo con fuerzas militares avanzadas en verdaderas situaciones de guerra.
Conclusiones
Si bien la guerra de Iraq fue ilegal e ilegítima, la participación en ésta se terminó convirtiendo en un asunto de interés nacional para Corea del Sur. Para participar, Seúl se guió principalmente por su relación con Estados Unidos. Los intereses de mayor importancia fueron de seguridad
En segundo lugar, está la economía. En esta sección se incluyen elementos que podrían haber hecho crecer la economía de Seúl. Entre estos están los intereses petroleros y los negocios que Corea del Sur podía hacer en Iraq.
Es posible que Corea del Sur no haya tenido alternativa y estuviese condenada desde un inicio a participar en la ocupación de Iraq. Esto a pesar de que Roh Moo Hyun reconociera haber cometido un error.
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