En verano de 2014, el entonces portavoz del Estado, Abu Muhammad al-Adnani, proclamó el regreso del Califato. El Califato es una forma de monarquía que implementa la ley islámica como sistema legislativo. Su identidad política es reivindicar el estado islámico de Mahoma, y al Califa como su sucesor, pues nunca dejó uno designado. En el caso del ISIS, el Califato eran los territorios que controlaban en Iraq y Siria, y más tarde países como Libia, Egipto, Nigeria, Afganistán, entre otros.
La toma de territorios fue el culmen de un largo proceso iniciado en 2012. El entonces líder, Abu Bakr al-Baghdadi declaró la campaña “Rompiendo los Muros”. La campaña consistió en sacar a sus miembros de prisión, y también sacar a otros criminales para convertirlos en integrantes de sus filas. Ese reabastecimiento fue lo que les ayudó a llevar a cabo sus conquistas dos años más tarde.
Tras la caída del Califato y la muerte de al-Baghdadi, uno de sus portavoces en 2020 llamó a los combatientes a “romper los muros” de los centros de detención para liberar a los miembros. De igual forma, el ISIS también ha incitado a llevar a cabo sobornos o negociaciones con autoridades locales para escapar de prisiones. Ha sido un tema recurrente en sus mensajes, usándolo como lema. En 2020 el ISIS mencionó que su prioridad eran los prisioneros, también las mujeres.
Los precedentes los sentó el Estado Islámico de Iraq, entonces rama de al-Qaeda, en 2012. Esto fue tras la retirada de las tropas estadounidenses, y llegaron a liberar a seiscientos combatientes experimentados. La campaña concluyó en julio de 2013.
El 21 de julio de 2012, Abu Bakr al-Baghdadi inauguró la campaña. Y en su último mensaje llamó a la liberación de sus prisioneros, evocando las campañas previas.
El grupo atacó prisiones en Tikrit y Kirkuk.
El 1 de agosto de 2012, el grupo atacó la prisión de Taji Tasfirat, matando a 30 guardias. Le precedió una oleada de ataques con vehículos explosivos. Esta oleada fue planeada junto el ataque a la prisión.
El 27 de septiembre tuvo lugar el ataque en la prisión de Tikrit. Los vehículos explosivos tuvieron un rol prominente en este ataque. Los yihadistas tuvieron éxito en esta ocasión. Sesenta miembros de las fuerzas de seguridad iraquíes murieron, mientras que cien yihadistas escaparon. Sesenta de ellos estaban en el corredor de la muerte. En este ataque se usaron vehículos explosivos improvisados, granadas de mano, cinturones explosivos, y silenciadores. Parece ser que inició dentro de la cárcel.
El 3 de febrero de 2013, el grupo asaltó la prisión de Kirkuk.
El 21 de julio de 2013 se cerró la primera campaña “Rompiendo los Muros”, con el ISIS obteniendo una victoria en su ataque contra la prisión de Abu Ghraib y Taji. Esto resultó en el escape de más de quinientos prisioneros de alto valor. El ataque inició con ablandamiento de artillería. Acto seguido, dos coches bomba destruyeron las paredes de la prisión. Cincuenta yihadistas armados con ametralladoras y granadas de mano entraron en la cárcel, abrieron las celdas y liberaron a quinientos prisioneros. Varios guardias habían huido en el ataque inicial. Por otra parte, los presos liberados se montaron en los vehículos que los esperaban y escaparon.
Muchos de los prisioneros que fueron liberados jugaron roles de liderazgo en el Califato, y ya antes ocupaban puestos de liderazgo.
Doscientos atacantes tomaron parte en el ataque a la prisión al-Sinaa, en al-Hasakah, Siria. Esa prisión tiene entre cuatro mil y cinco mil combatientes del ISIS. Primeramente, se hicieron estallar dos coches bomba en un retén en la puerta de la prisión. A esto le siguió que docenas de hombres armados irrumpieran en ella.
Imagénes del asalto a la prision al-Sinaa en Siria. Fuente: Entre Guerras
Con la primera campaña, al-Baghdadi logró reabastecer sus rangos de los veteranos de la guerra contra las tropas estadounidenses en Iraq. Muchos de los liberados tomaron rol en las conquistas para el Califato a partir de 2014.
El número de miembros creció, ampliando la capacidad operativa del grupo. Regeneraron los rangos, ocupando los lugares de los miembros ya muertos.
También buscó dar el mensaje que el grupo no abandona a sus seguidores. Las victorias en las prisiones son una gran pieza de propaganda. Son objetivos de bajo costo, con gran recompensa.
El grupo también ha llevado a cabo esto alrededor del mundo. El ISIS intentó asaltar la prisión de Koutoukalé, fuera de Niamey, en 2016.
En mayo de 2019, miembros del Estado Islámico atacaron la prisión de Kouttoukalé una vez más. A pesar de que las autoridades nigerinas mencionaron haber repelido el ataque, la propaganda del ISIS mostró a sus combatientes logrando abrir la brecha.
El 2 de agosto de 2020, el ISIS-K atacó la prisión central de Nangarhar en Jalalabad, Afganistán. Hicieron estallar un coche bomba y dispositivos explosivos improvisados en las puertas de la prisión. Luego entraron en ella e intercambiaron fuego con las fuerzas de seguridad afganas. Cerca de cincuenta hombres fueron liberados y fue un triunfo propagandístico, aunque fuentes del antiguo ejército afgano mencionan que se escaparon trescientos treinta y ocho prisioneros. El portavoz tomó este evento como referencia para incitar a los demás grupos afiliados a hacer lo mismo.
Combates en la prisión de Jalalabad. Fuente: Bellum Acta
El 20 de octubre de 2020 se perpetró algo similar en la República Democrática del Congo. Esto fue en la prisión de la prisión Kangyabi, liberando a novecientos prisioneros. Esto fue una respuesta a la llamada del portavoz del ISIS. Los miembros del DAESH fundieron las puertas de la prisión y liberaron a los reos.
El 5 de julio de 2022, el ISIS atacó la prisión de Kuje, al sur de Abuja, Nigeria. Usaron a cerca de cien atacantes, y escaparon ochocientos prisioneros, pero la mitad fueron recapturados.
En todas las campañas, los yihadistas explotan las debilidades en los sistemas penitenciarios como en el manejo de la prisión, recursos, inteligencia., para poder llevar a cabo sus redadas.
En la primera campaña, se notó mucho el uso de vehículos explosivos (VBIED). Se usaron también morteros y granadas propulsadas por cohete, así como atacantes suicidas. Muchos de los vehículos explosivos fueron usados en masa para atacar las prisiones. Sin embargo, muy pocos de los vehículos explosivos se registraron como ataques suicidas. Eso quiere decir que los conductores buscaban una estrategia de salida.
El ataque contra la prisión de Tikrit Tasfirat, el día 27 de septiembre de 2012, vio el uso de morteros, vehículos explosivos, chalecos suicidas y armas cortas. Cien prisioneros fueron liberados aquí.
Cuando el grupo atacó la prisión de Kirkuk, se utilizaron combatientes extranjeros, incluyendo tunecinos, iraníes y sauditas.
En el ataque a la prisión de Abu Ghraib y Taji se vio el uso de vehículos explosivos. Después hubieron ataques de parte de batallones terrestres con morteros y armas cortas. Los chalecos suicidas hicieron brechas en Abu Ghraib. Se usaron hasta doce vehículos explosivos.
En el ataque a la prisión al-Sinaa en Siria, el Estado Islámico utilizó a trescientos atacantes, que se aproximaron al lugar desde distintos ángulos. Se usaron también dos vehículos suicidas. El primero logro una brecha en la prisión y el segundo atacó una estación de combustible como distracción. Los combatientes ocuparon bloques de prisión. Tuvieron, en esta ocasión, apoyo interno. Los prisioneros llevaron a cabo una revuelta y tomaron a cincuenta rehenes. Fuera de la prisión, algunos atacantes se infiltraron en los barrios de al-Ghweiran y al-Zohour. Las células dentro de Hasakah atacaron a los refuerzos de las Fuerzas Democráticas Sirias con pequeñas armas, lanza cohetes y francotiradores. Este asalto se preparó a lo largo de seis meses.
En el ataque a la prisión Kuje, se usaron tres escuadrones para un propósito en específico. La fuerza atacante en la puerta de la prisión neutralizó a los guardias de seguridad y activo los explosivos improvisados en la puerta de entrada. Las fuerzas de entrada hicieron estallar una de las paredes laterales de la prisión, entraron en ella, intercambiaron fuego con los guardias de seguridad y lanzaron granadas de mano. Otras fuerzas bloquearon los caminos llevando a la prisión para evitar que llegaran los refuerzos y asegurar las rutas de escape.
Con la primera campaña “Rompiendo los Muros”, el ISIS reabasteció su soldadesca perdida durante la ocupación estadounidense. También recuperó a sus antiguos líderes, que posteriormente usaría en Siria y para las conquistas en Irak.
La reincorporación de miembros liberados, por ejemplo, de la prisión de Tikrit Tasfirat, llevó a una reestructuración y reorganización. Y se vio un crecimiento en la organización, con los miembros liberados utilizados en Iraq y Siria. Con Abu Ghraib, se escaparon quinientos miembros del grupo. Permite que el ISIS gane momentum nuevamente, con gente regresando al ciclo del terrorismo.
También hay resultados en el ámbito de la propaganda. Le dio legitimidad al grupo, proyectándose en Siria como una entidad poderosa, y con iniciativa operativa en Iraq. Mostró a los líderes como estando al pendiente de sus seguidores y que no los abandonan.
Los presos liberados de la prisión de Abu Ghraib representaron un gran refuerzo a las fuerzas del Estado Islámico y ayudaron en los futuros éxitos del grupo. Muchos de ellos, fueron los líderes en la campaña de 2014.
Grupos como los Talibán afganos, los Talibán paquistaníes, al-Qaeda en la Península Arábiga, entre otras, han formado unidades específicas para rescatar prisioneros. También han creado canales de redes sociales para tratar en especifico el asunto de los prisioneros.
En el Sahel, grupos yihadistas también han llevado a cabo estas campañas. El Movimiento para la Unicidad y la Yihad en África Occidental (MUJAO) lanzó un asalto contra la prisión de Niamey, en Níger, en 2013. Un miembro sudanés del grupo robó una pistola y les disparó a los guardias. Combatientes fuera de prisión lanzaron su propio asalto y liberaron a veintidos hombres.
En noviembre de 2016, el grupo Ansar Dine, afiliado con al-Qaeda, asaltó la prisión en Banamba, ciudad al centro de Mali. Al mes siguiente, atacó otra prisión en la misma región, liberando a noventa y tres prisioneros.
En Octubre de 2018, yihadistas atacaron una prisión en Burkina Faso, en la ciudad de Djibo, cerca de la frontera con Mali.
En noviembre de 2019 el Grupo para el Apoyo al Islam y los Musulmanes (JNIM) atacó la prisión en Diré, en Timbuktú, en Mali. El grupo prometió atacar más prisiones.
El 31 de diciembre de 2019, una prisión en Djibe, Burkina Faso fue atacada por el mismo grupo, y los atacantes lograron liberar a unos cuantos. Dos días más tarde, miembros del JNIM atacaron una prisión en Niono, aunque fue repelido. El comando central de al-Qaeda en Pakistán lo mencionó como un gran éxito.
Conclusiones
Se puede ver que ha sido una jugada clave en la estrategia del Estado Islámico. Se puede ver como un símbolo del resurgimiento cuando se ven los asaltos a las prisiones. A diez años de eso, puede apreciarse. Se nota la influencia en otros países, como Afganistán y el Congo. Además de los éxitos propagandísticos, es muy útil por la forma en la que puede reabastecer las filas del ISIS. La utilidad de esto se ve en el momento que otros grupos como al-Qaeda en África copian esta estrategia.
Los enemigos del ISIS ya tienen esto en el radar. Estados Unidos respondió de forma rápida al asalto a la prisión al-Sinaa, pues a los pocos días eliminaron al líder en ese entonces, Hajji Abdullah. Por eso, es una preocupación la presencia todavía de los prisioneros en Siria, pues se corre el riesgo que posiblemente otra vez se intente asaltar las cárceles.
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