Entre el jueves 6 de marzo y el viernes 7, se registraron incidentes en Latakia que algunos calificaron como enfrentamientos. Otros los calificaron como masacres. Los eventos han sido descritos como choques entre fuerzas leales a Bashar al-Assad y las nuevas fuerzas de seguridad sirias. Se reporta que hubo muchos ejecutados pertenecientes a la minoría alauita, a la que pertenece el derrocado mandatario.
El martes 4 de marzo el nuevo gobierno mencionó haber lanzado un operativo a gran escala tras la muerte de dos miembros de las fuerzas de seguridad. Se acusó de ellas a milicianos leales al depuesto presidente Bashar al-Assad. Habían emboscado fuerzas militares, retenes y atacado cuarteles de policía a lo largo de la costa.
Fuente: Ostensiblay
Los enfrentamientos comenzaron en la tarde del jueves en Beit Ana. Algunos de sus residentes habían impedido el arresto de un supuesto traficante de armas. El nuevo régimen sirio respondió lanzando ataques aéreos con helicópteros. Un camarógrafo de al-Jazeera resultó herido cubriendo los combates.
El viernes 7 de marzo, se registraban ya setenta personas muertas y heridas en los incidentes registrados en la provincia costera de Latakia, en Siria. Murieron al menos treinta y siete miembros de las fuerzas de seguridad, y treinta cuatro milicianos pro Assad. También habrían muerto siete civiles. Los reportes difieren en cifras. Hubo decenas de capturados y desaparecidos. El nuevo régimen sirio mencionaba haber activado un dispositivo de seguridad en la zona. Ahí, mataron a un hombre y arrestaron a otros tres, acusados de pretender “atentar contra la Dirección de Seguridad de la gobernación”. Se impuso toque de queda hasta las 10 del viernes hora de Siria. Se mencionan muchos muertos y heridos de las fuerzas de seguridad sirias, después de que elementos descritos como “remanentes” del antiguo régimen los atacaran en Jableh. Luego, la cifra de muertos se reportaría en doscientos. Algunas fuentes de las fuerzas de seguridad mencionan que eran quince muertos. Residentes locales describieron escenas de saqueos y asesinatos en masa, incluyendo niños. También en ese lugar se detuvo a Ibrahim Hueaija, ex jefe de inteligencia de la fuerza aérea de Hafez al-Assad. Está acusado de de cientos de asesinatos durante ese periodo. El Observatorio Sirio de Derechos Humanos reportó al menos sesenta y nueve ejecuciones de alauitas. Estas ocurrieron en las localidades de al-Shir y al-Mujtariya. Se impuso un toque de queda en Latakia y Tartus, donde ocurrieron los incidentes. Salió un video de un cuerpo siendo arrastrado mediante un vehículo en Latakia. El nuevo gobierno habría perdido el control de una zona.
Durante todos estos días se ha reportado que cientos de personas huyendo de sus hogares en Latakia y Tartus. Muchos huyeron a la base rusa de Hmmeim para buscar refugio. Muchos corearon “el pueblo quiere protección rusa” frente a la base. Algunas de las personas huyeron a Líbano.
Para el domingo 9 de marzo, la cifra de la matanza se situaba en mil trescientos once personas, incluyendo ochocientos treinta civiles.
La ciudad de Jableh pertenece a la provincia de Latakia. Latakia es parte de la zona costera de Siria, y el corazón de la secta alauita. El depuesto presidente, Bashar al-Assad es de esa rama del Islam. También es de esa área. Son los enfrentamientos más sangrientos desde la caída del antiguo régimen el pasado 8 de diciembre de 2024. También es el mayor desafío que enfrentan desde entonces. En 2013 ya se habían registrado matanzas de alauitas en Latakia.
Desde la caída de Assad, hombres armados leales al antiguo régimen han estado desplegados en aldeas y ciudades costeras, donde se han emboscado a fuerzas militares del nuevo régimen. Miembros del nuevo régimen han acusado a partidarios de al-Assad de lanzar ataques contra las fuerzas de seguridad. Pero las últimas fueron más coordinadas. Activistas alauitas han mencionado que desde diciembre de 2024, han sido sujetos de violencia en Homs y Latakia. Miembros de la rama alauita ocuparon altos cargos en Siria durante el antiguo régimen, principalmente en el ejército y las agencias de seguridad. El actual presidente de Siria, Ahmed al-Sharaa, ha mencionado pretender gobernar de forma inclusiva. Sin embargo, no se ha reunido con figuras alauitas. Si se ha reunido con jefes de comunidades cristianas, drusas o kurdas.
Es posible que la violencia sectaria se recrudezca aún más. Posiblemente esta matanza ponga en ojos internacionales al gobierno de al-Sharaa y haya presión. Seguirán habiendo persecuciones de alauitas, si el actual presidente no se compromete en serio a gobernar con inclusividad.
“Debemos preservar la unidad nacional y la paz civil en la medida de lo posible y, si Dios quiere, podremos vivir juntos en este país”,
dijo el presidente y ex líder de al-Qaeda en Siria, Ahmed al-Sharaa.
Aseguró que Siria enfrentaba “un nuevo peligro” representado por remanentes del antiguo régimen y fuerzas externas que buscan “arrastrar a Siria a una guerra civil”.
La portavoz del Ministerio de Exteriores ruso, Maria Zajarova, indicó que Moscú “estaba alarmada por el fuerte deterioro de la situación en Siria”. Instó a las nuevas autoridades sirias a hacer todo lo posible para “evitar el derramamiento de sangre y evitar víctimas civiles”. El coronel Hassan Abdul Ghani, nuevo ministro de defensa de Siria, lanzó una advertencia a los miembros del antiguo régimen a través de medios estatales.
“Miles han elegido bajar sus armas y regresar a sus familias, mientras que algunos insisten en huir y morir en defensa de asesinos y criminales. La elección es clara: bajen sus armas o enfrenten su destino inevitable”,
dijo.
Alauitas mencionan que están “asustados” independientemente de si están en la costa o en la capital, Damasco. Temen también convertirse en chivos expiatorios del gobierno yihadista. Una declaración del Consejo Islámico Alauita culpó al actual gobierno por la violencia, acusándolo de enviar convoyes militares a la costa con el pretexto de “restos del régimen” para aterrorizar y matar sirios. Pidió que la región costera fuera puesta bajo la supervisión de la ONU. El enviado especial de la ONU para Siria, Geir Pedersen, se mostró “profundamente alarmado” por los “preocupantes informes sobre víctimas civiles”. La Liga Árabe condenó los ataques contra las fuerzas de seguridad, así como los asesinatos indiscriminados y “cualquier injerencia extranjera que pretenda agravar las condiciones internas, poner en peligro la paz civil y exacerbar los retos actuales a los que se enfrenta Siria”.
Lo más posible es que siga habiendo violencia sectaria en Siria. Los grupos pro Assad seguirán con sus movimientos
El nuevo gobierno en Siria ha estado persiguiendo a lo que llama remanentes del régimen de Bashar al-Assad. Miembros del antiguo régimen han estado llevando a cabo una insurgencia contra el gobierno islamista de Siria. Esto llevó a una redada que acabó en castigo colectivo. Pudo ser solamente una excusa, pues el nuevo régimen ha estado persiguiendo a los alauitas desde el ocho de diciembre de 2024. Para Ahmed al-Sharaa, el actual presidente de Siria, es el mayor desafío. Otro desafío que tiene es consolidar la unidad nacional.
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