Y otra vez el caos
Enfrentamientos entre diversos grupos paramilitares en Iraq
Esta semana se vio una serie de enfrentamientos en Iraq entre distintos grupos políticos. Estos resultaron en al menos 21 muertos y decenas de heridos, teniendo lugar en la Zona Verde de Bagdad.

Los enfrentamientos tuvieron lugar cuando una turba se negó a aceptar el toque de queda impuesto por el gobierno, y asaltó los Palacios de Gobierno y Presidencial. Los manifestantes ondearon banderas iraquíes, se grabaron descansando en las sillas de la sala de juntas, se fotografiaron, y hasta nadaron en la alberca.


La insurrección comenzó en Bagdad, para luego expandirse a gran parte de Iraq. Las fuerzas de seguridad iraquíes intentaron dispersar las manifestaciones mediante munición real y gases lacrimógenos. El ejército declaró toque de queda desde las 3:30 pm hora de Bagdad y 7:00 pm en el resto del país.
También hubo protestas en el sur de Iraq, en el puerto de Umm Qasr. Los manifestantes bloquearon la entrada a dicho lugar, lo que redujo sus operaciones en un 50%. En la ciudad de Basra, también al sur, se quemaron llantas y bloquearon carreteras. Por su parte, en la ciudad de Missan, se manifestaron afuera del Palacio de Gobierno.
Los responsables del levantamiento fueron seguidores del influyente clérigo iraquí Muqtada al-Sadr, una figura iraquí muy popular. Al-Sadr es veterano de la insurgencia contra la ocupación estadounidense de Iraq, y un símbolo nacionalista. Los enfrentamientos se dieron entre la brigada Saraya al-Salam de al-Sadr, y las Fuerzas de Movilización Popular, respaldadas por Irán.
Sus discípulos protestaron cuando anunció su retiro de la política, y cerró sus oficinas políticas a lo largo del país. Lo único que no cerró fue el mausoleo de su padre, asesinado por Saddam Hussein en 1999. Describió su renuncia como “un sacrifico por su país y su pueblo para deshacerse de un destino desconocido”. Además, se puso en huelga de hambre hasta que volviese la paz a Iraq. Sus seguidores llevaban cuatro semanas acampando fuera del Parlamento Iraquí, en protesta por la ineficacia del nuevo gobierno.
“He decidido no involucrarme en asuntos políticos. Anuncio mi retiro definitivo”,
dijo.
Culpó a sus oponentes por no escuchar su llamado a llevar a cabo reformas.
Por su parte, el Primer Ministro de Iraq, Mustafá al-Kadhimi, suspendió todas las reuniones del gobierno hasta nuevo aviso. Además, le pidió a Muqtada al-Sadr que ordenase a sus seguidores se retiraran de los edificios gubernamentales tomados. Ordenó una investigación acerca de los eventos del lunes 28 de agosto, remarcando que el uso de munición viva contra los manifestantes estaba prohibido.
La ONU hizo eco del llamado del Primer Ministro, y pidió que dejaran al gobierno iraquí “seguir cumpliendo con sus responsabilidades de manejar el estado” para el pueblo iraquí. La Embajada de Estados Unidos en Bagdad solamente llamó a la calma en un tuit, pidiendo diálogo y defendiendo el derecho a las protestas pacíficas.



Los seguidores de Muqtada al-Sadr han estado llamando a elecciones y a la disolución del Parlamento. Esto, desde octubre pasado, cuando tuvieron lugar las elecciones legislativas. Ahí, se llegó a un punto muerto, en el que no se pudo conseguir nuevo gobierno, ni Presidente, ni Primer Ministro. Esto se debió a que las diversas facciones no lograron un acuerdo para formar una coalición.
Al-Sadr forzó en junio a sus diputados a renunciar, para participar en las protestas. Sin embargo, el clérigo considera importante que “todos los partidos y figuras políticas que han sido parte del proceso político desde 2003 ya no participen”. Incluye en esto a su propio movimiento.
Guillermo es un escritor, periodista y analista internacional independiente. Si te gustó lo que leíste, él te agradecerá mucho tu donativo a:
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